19 nov 2011

No hay un sólo día que no piense en ti, que no extrañe tus abrazos y tus tiernos ojitos.

¡Te amo cada día más mi viejito!

He aprendido a sentirte en los cálidos rayos del sol cuando el frío me hace tiritar, en el viento que me sostiene cuando estoy a punto de caer y la luz de la luna que me muestra que en la noche nada es olvido.

Te veo en mis sueños sonreir y eso me hace feliz, a pesar de que la nostalgia me inunda al despertar y saber que ya no estás a mi lado.

Viviras por siempre en mis recuerdos.