Me reencontré después de un efímero sueño, estaba empapada en sales y temblorosa.
Todo cual conocía se había transformado, inclusive yo era muy distinta a lo que podía recordar.
Me desperté con un grito ahogado, desesperada y confundida, sólo quería seguir durmiendo, y lo intenté, cerré mis ojos y los apreté hasta que se abrieron por mis lágrimas.
Después de un largo rato comprendí que era imposible volver a dormir y despertar en el mismo sueño: todo había acabado.