15 dic 2009

atrás

Una bonita mañana en la que el sol no brilla, los pajaros no cantan y el cielo llora.
Personas sonrientes y apresuradas, intentando simpatizar con otras, teniendo muy claros sus intereses.
Ese viento que provocaba apretar la mano de quien tiene compañía para después perderse en un largo y cariñoso abrazo.
Normal y cotidiano día, uno más con tan pocas espectativas, y sin ganas de todo.
Deseando nada y aborreciendo todo, ni si quiera soportar una mirada conocida y amigable, o una amada, ni si quiera querer escuchar las más tranquilizantes palabras de aquellos a los que tanto les importas, tan solo, ese deseo de correr y no mirar atrás, sin importar aquello que te lleves en el camino y dejes tirado y delirando.
Buscando con tan poco entusiasmo aquel camino que se pueda recorrer, respirar nuevos aires, mirar las estrellas desde otro ángulo, siempre, deseando olvidar por un momento lo vivido.
Oler aquella flor llena de vida y sin poder decir nada, queriendo subir a ese árbol para descansar en sus ramas y queriendo sentir el calor del sol de una mañana nublada.
Intentando resolver lo más insignificantemente preocupante, para después encontrar que eso no interesaba ni un poco después de lo que vino al resolver aquello.
Extrañando y asqueandose de lo que por algún momento lo fue todo, y ahora provoca ese sentimiento incomodo de querer tirarlo y aparentar que nunca estuvo ahí, vaya que suelen suceder cosas graciosas.

2 dic 2009

Finaliza una más


Y es así como lanzo la toalla, esa que yo misma empape y escurrí tantas veces, sin preguntar, ni decir nada a nadie, sin mostrar expresión alguna en el rostro, tan solo con los ojos bien abiertos, sintiendo el placer de mirar y callar, preguntándome una y otra vez porque no dejo de preguntar, deseando no desear nada, apuntando hacia lo mas lejano y oscuro, tanto que deseas quebrar cada uno de esos mal acomodados.
Cuanta simpatía, hasta parecía adaptarse, parecía, pedir a gritos, recorreme, cada una de estas lineas, hasta la que consideres la letra menos importante, cada signo de puntuación, sigue este ritmo.
Espera, no vayas tan rápido, a veces no es así como funciona. Además, aquí viene ese helado viento que quema tu cara y se ríe de tus manos, el cual, se llevara todo, incluso ese humo que irrito una vez sus ojos y que los lastimo sin querer, quizá sin saber ya para terminar simplemente se acabo.