Se cierran capítulos que se mirarán desde el libro de los recuerdos, desde las capturas que en su momento hubo, o desde las notas que se escribieron con sonrisas y pesares.
Se abren capítulos que te empaparan con conocimientos, dejando, esta vez, muy poco que escurrir.
Miraba por la ventana, las nubes, cargadas de lluvia, en algunos pedazos dejando escapar rayos de sol y pensaba en cuando empezaría a recordar y... ¡me pesaba la melancolía! ...entre miradas no pude, no pude...
Y comparaba lo inevitable con lo inolvidable y me enredaba hasta el cuello alrededor de la barba tirando de la cuerda con lo imposible, al rato, me quedaba como había empezado y el cielo se pintaba de azul con el viento, como si no pasara nada, o tal ves era cierto, no pasaba nada.