Ventana sobre la utopía

"Ella está en el horizonte.
Me acerco dos pasos,
ella se aleja dos pasos.
Camino diez pasos
y el horizonte se corre
diez pasos más allá.
Por mucho que yo camine
nunca la alcanzaré.
¿Para qué sirve la utopía?
Para eso sirve:
para caminar."

Te esperé toda la tarde, pero tu nunca escuchas lo que pienso.

Ya no me despierta el recuerdo,
a nada me sabe
y ni si quiera me arrepiento.

Se apagaron mis rosas de septiembre

no debí dejarlas al sol

tanto me esmeré en cuidarlas

y sin saber las fui matando. 

De nada me sirven mis lunares
a veces pienso que son esos besos
esos besos que no dí
y estallan como puntitos color café en mi piel.

Me asustan mis miradas

porque no sé callarlas

ni sé que tanto hablan

nunca puedo controlarlas.

Hojas sueltas del 2009.

De las flores a las estrellas
se siente el mismo espacio,
el mismo clima, el mismo tiempo
que entre tus ojos y mis labios.

Me escapé un momento de mis pensamientos, viendo a la mujer que habla de su pasado cuando era bonita, tratando de desenredar sus cabellos de alambre y abriendo las ventanas para que no perciban su penétrate olor a humanidad abandonada.

Me duele allí, justo donde no puedes ver ni sentir

no podrías entenderlo, tu no tienes nada en esa parte de ti.

Pero no es tu culpa ni la de nadie, 

la defectuosa siempre he sido yo.