3 jul 2010

No sé por qué, a veces me da por ponerle acentos a las letras. Me da por sonreírle a los niños y los ancianos, me dan unas ganas gigantéscas por decir hola me llamo Estefanía.

El ácido del limon, por un momento me hacia retorcerme de dolor mientras escuchaba sus risas al momento que saltaban en los charcos amarillos de color.

Con el viento reburujando mi cabello y la mirada un tanto perdida en la inmesidad de las nubes y la corriente humo que las atraviesa. Agacho la mirada y me encuentro con el mundo en mis pies, y es entonces cuando decído no hacerlo. Después, solo unos instantes despues, deja de llover, mi cigarro mojado dejo caer y termíno de...

...no

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