Nos inundamos en silencio y el viento trae consigo gritos desesperados, que sé, sólo lastimaran misoídos. Y el frío, que realidad tan cercana, y la nieve y las gotas heladas y todo lo que te imagínes ya no sirve para nada .
Es que no entiendo, cual es el propósito de aventurarse con los ojos vendados hacia los más maravillosos paisajes. ¡Bah! y todo para que, si con cualquier llovidita se arruina todo, en lugar de ponerse más hermoso...

Ni para que quejarme, si ya sabía, ¡ya sabía yo! incluso el viento, me empujó para el otro lado, pero con toda la sucia intención de sacudirme hasta lanzarme lejos muy muy lejos. Pero ahí sigale que al cabo que, ¿qué?...