Me comí las palabras para describir lo que siento, pero va muy relacionado con anhelar regresar el tiempo.Sentarme en sus rodillas, acariciar sus mejillas y jugar con sus manos; escuchar sus historias, oírle contar a lujo de detalle sus vivencias, sentir su tono de preocupación regañandome.
Quisiera tanto poder volver a abrazarle, sentir el latido de mi corazón en su pecho y escuchar como retumbaba en mis oídos.Besar su frente una y otra vez, despertar cada domingo con el sonido del teléfono anunciando su visita.
Solía tratarme como a una reina, solía ser la mujer más afortunada cuando estaba a su lado, no podía ver un rostro triste o desanimado en mí, siempre sabía como sacarme un sonrisa, era tan sencillo, el simple hecho de ver la luz en sus ojos, en esas arrugas alrededor, que me conmovían y hacían pensar en toda su experiencia, en todo lo que él ya había degustado de la vida, en todos los errores y aciertos que había tenido, entonces era obvio que yo debía sonreirle a la vida.
¡Carajo! Cuanto extraño oír decir a sus labios, que soy la luz de sus ojos...