2 sept 2012

Regresé de la tranquilidad del verde difuminado por el humo de mi cigarro, me envolvió una vez más en su preciosa locura, aclarando la mía y haciéndome recordar el por qué de mis viejas manías, de perderme en el atardecer hasta embriagarme con la luz de la luna. 







Sigo aturdida  por tantas injusticias en la vida.

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